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Lo que sucede en el día a día de las escuelas es casi imperceptible. Aulas y salas como peceras, expuestas, con ventanas, puertas abiertas, comunicación, reuniones e informes. En todos estos detalles se trasmiten valores como pilares, pero solamente a aquellos que están dispuestos a verlos, a encontrarlos.
“La autonomía como medio y como fin de enseñanza, es en lo que se basa mi día a día. Es uno de los pilares en los que intento sostener mi actividad como enseñante. Y no es que haya querido hacerlo y luego lo haya hecho; es que el hecho de reflexionar constantemente sobre lo que hago me llevó a darme cuenta de que así es. Y ahora que puedo sistematizarlo, lo hago con placer. Así relata para nosotros, Camila Hirsch, docente de Nivel Inicial y Lic. en Cs. De la Educación.”
“Quiero formar chicos autónomos. Dejando de lado qué dice en el diseño curricular al respecto, y sin basarme necesariamente en los objetivos de nivel o en las expectativas de logro para la edad en cuestión, en mi carrera como educadora, deseo formar personas autónomas.”
“Dejar volar una idea, una consigna, y que cada cual busque la forma de acercarse a ella. Luego, no dejar de reflexionar en conjunto sobre lo sucedido, para aprender todos, cada uno a su manera, de lo que fue surgiendo como espontaneidad de ese instante, como parte del día a día.”
“Aparecen tantas ideas maravillosas que ni se me habían ocurrido a mí... Por ser docente no soy omnipotente. Y la mentalidad adulta, a veces, es mucho más limitada que la del niño. Si la autonomía es el medio, la autonomía conviértese inmediatamente en el fin.”
“No podemos garantizarlo, pero seguramente estaremos sembrando la semilla del pensamiento crítico en quienes tenemos enfrente como alumnos, de quienes podemos aprender muchas cosas también. Hace tiempo lo dijo Paulo Freire: la relación es dialógica, no unidireccional. Agrego: asimétrica, pero en un ida y vuelta. ¿Qué haríamos sin ese feedback? Es, en parte, la satisfacción de la que hablamos casi todos los docentes cuando mencionamos nuestra profesión.”
“Son muchas, muchas las situaciones que podemos "teñir "de autonomía, abriendo un camino de posibilidades a quienes lo transitan, de toma de decisiones, desde las más simples a las más complejas, haciendo saber que nos pueden decir qué hacer en reiteradas oportunidades, a lo largo de la vida. La última palabra la tenemos nosotros. Y eso es un gran tesoro.”
Lo que sucede en el día a día de las escuelas es casi imperceptible. Aulas y salas como peceras, expuestas, con ventanas, puertas abiertas, comunicación, reuniones e informes. En todos estos detalles se trasmiten valores como pilares, pero solamente a aquellos que están dispuestos a verlos, a encontrarlos. “La autonomía como medio y como fin de enseñanza, es en lo que se basa mi día a día. Es uno de los pilares en los que intento sostener mi actividad como enseñante. Y no es que haya querido hacerlo y luego lo haya hecho; es que el hecho de reflexionar constantemente sobre lo que hago me llevó a darme cuenta de que así es. Y ahora que puedo sistematizarlo, lo hago con placer. Así relata para nosotros, Camila Hirsch, docente de Nivel Inicial y Lic. en Cs. De la Educación.”
“Quiero formar chicos autónomos. Dejando de lado qué dice en el diseño curricular al respecto, y sin basarme necesariamente en los objetivos de nivel o en las expectativas de logro para la edad en cuestión, en mi carrera como educadora, deseo formar personas autónomas.”
“Dejar volar una idea, una consigna, y que cada cual busque la forma de acercarse a ella. Luego, no dejar de reflexionar en conjunto sobre lo sucedido, para aprender todos, cada uno a su manera, de lo que fue surgiendo como espontaneidad de ese instante, como parte del día a día.”
“Aparecen tantas ideas maravillosas que ni se me habían ocurrido a mí... Por ser docente no soy omnipotente. Y la mentalidad adulta, a veces, es mucho más limitada que la del niño. Si la autonomía es el medio, la autonomía conviértese inmediatamente en el fin.”
“No podemos garantizarlo, pero seguramente estaremos sembrando la semilla del pensamiento crítico en quienes tenemos enfrente como alumnos, de quienes podemos aprender muchas cosas también. Hace tiempo lo dijo Paulo Freire: la relación es dialógica, no unidireccional. Agrego: asimétrica, pero en un ida y vuelta. ¿Qué haríamos sin ese feedback? Es, en parte, la satisfacción de la que hablamos casi todos los docentes cuando mencionamos nuestra profesión.”
“Son muchas, muchas las situaciones que podemos "teñir "de autonomía, abriendo un camino de posibilidades a quienes lo transitan, de toma de decisiones, desde las más simples a las más complejas, haciendo saber que nos pueden decir qué hacer en reiteradas oportunidades, a lo largo de la vida. La última palabra la tenemos nosotros. Y eso es un gran tesoro.”
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