octubre 20, 2010

Educacion Artistica y Musical

Mg. Edith Acevedo H.
Directora
Centro Especializado - CEPAEE
Audición Lenguaje y Aprendizaje
 
 
“El arte es propio de lo humano, en sus múltiples aspectos, al hacerlo, al percibirlo, al gozarlo y entenderlo. Es el medio por el cual las personas pueden expresar y comunicar diferentes aspectos de una realidad muchas veces incomprensibles.
 
Aspecto central de la vida de los hombres, ocupa un lugar de privilegio en la experiencia que todos tenemos de nuestra propia cultura. Elliot afirma que las obras de arte en sus diversas expresiones son… “esencialmente artística y sociales, juegan un papel importante para establecer, definir, delinear y preservar un sentido de comunidad e identidad dentro de los grupos sociales, sentido de comunidad e identidad que la escuela contribuye a formar.

Podría afirmar que el arte ha ocupado un lugar secundario en los currículos escolares. El grave error de nuestro sistema educativo es la supresión del conocimiento sensorial. El concepto dominante sobre el hombre y, por lo tanto nuestro enfoque educativo, enfatiza el conocimiento sensorial. Desde el punto de vista educacional, el arte no consiste en una práctica profesional para unos pocos que han demostrado inclinación y aptitud.
 
 
El arte asegura los fundamentos de creatividad y salud mental para toda la sociedad. El arte representa la saludable interacción entre nuestra vida psíquica conciente e inconsciente, entre el individuo y lo colectivo, entre el pasado y el futuro?

El hombre aprende a través de los sentidos. La capacidad de ver, sentir, oír, oler y gustar proporciona los medios para establecer una interacción del hombre y el medio. Los programas de las escuelas tienden a descuidar el hecho de que el niño aprende a través de esos cinco sentidos. El desarrollo de la sensibilidad perceptiva debería, convertirse en uno de los aspectos más importantes del proceso educativo. Salvo en las artes. Los sentidos parecen estar destinados a que se los ignore. Cuanto mayores sean las oportunidades para desarrollar la sensibilidad y mayor la capacidad de agudizar todos los sentidos, mayor será también la oportunidad de aprender.

En términos generales, el término escuela tiene tres acepciones corrientes: 1) lugar (local, edificio, casa), donde se instruye a varios individuos; “9 conjunto de profesores y alumnos de una misma enseñanza, y •9 la doctrina o sistema que ha impreso a una rama de la ciencia o del arte una dirección determinada. A estas tres Acepciones consideramos imprescindible agregar, en cuanto lugar, la de fuentes materiales e instrumentos de información adecuadamente operativos en relación con el esquema general de LA ESCUELA.

Así se presenta la escuela hoy. Una escuela inmersa en un contexto social en permanente cambió con profundas trasformaciones en su interior, afectada directamente por los cambios culturales y sociales.

En los últimos años surgen cuestionamientos vinculados con la calidad educativa, el éxito y el fracaso escolar, la eficacia, la desmotivación de alumnos y docentes, la violencia en la escuela. Determinándose como causales de la violencia  escolar: las caracterizaciones socio-familiares, los medios de comunicación, la pobreza y la exclusión.

Desde hace tiempo enfrenta esta realidad, nuevas expresiones del dilema que a menudo desborda los mecanismos de respuestas de la escuela o los mismos ya no son útiles para su resolución.

Desde la antigüedad hasta  hoy, innumerables personalidades del mundo de la filosofía, del arte, de la pedagogía, de la ciencia y de la cultura se han manifestado a favor de las ventajas de la educación musical como parte de la información integral de la persona en las distintos niveles educativos, tan bien en educación especial mas allá de las diferencias de paradigmas médico/paciente, educador/alumno.

Al margen de distintas concepciones, lo que se hace evidente es que la emisión de sonidos producida con algún  tipo de intencionalidad expresiva, artística o comunicativa es un hecho constituido de la naturaleza humana, que se produce en todo tipo de organizaciones sociales y culturales y por el cual todo ser humano posee aptitudes musicales que le permiten participar activamente, de un modo u otro, en el hecho música.

La actividad musical en el ser humano ha sido estudiada desde diversas especialidades científicas. Los avances y los descubrimientos en os campos de la antropología, la biología, la medicina y la psicología no han hecho sino corroborar y ampliar el conocimiento sobre la existencia de actitudes y aptitudes estrictamente humana hacia el sonido.; lo mismo, si este sonido es producido por el propio individuo, como si se recibe del entorno. La música es un fenómeno innato en el ser humano; está presente de forma espontánea en las primeras manifestaciones sonoras de los niños y acompaña a la humanidad en un gran número de acontecimientos de su ciclo vital.

La importancia de asegurar una educación musical se perfila, en determinados contexto, como una necesidad indiscutible que debe asegurarse para toda la población. En definitiva si consideramos la música como un elemento educativo que incide en el desarrollo de determinadas capacidades físicas y psíquicas del individuo, que lo enriquece y se le suministra instrumentos para su realización como ser humano en un contexto social y cultural concreto, la escuela debe asumir el reto de integrarla plenamente en el currículum.

Intento en este punto, hacer una referencia al entorno sonoro en el que viven inmersos los niños de nuestra sociedad.
Una sociedad en la que la música es utilizada con una intencionalidad claramente mercantilista por los medios de comunicación de masas. El contacto, a veces permanente, con determinadas formas de música perdidos casi completamente los mecanismos más tradicionales de transmisión (la familia, el juego, las celebraciones rituales de la comunidad, etc.) trasforman a los individuos en consumidores pasivos de música,

Sin raíces propias ni distintivas que les ayuden a identificarse con un colectivo, que les impiden ser conocedores de la propia identidad y, al mismo tiempo, ser conscientes de la diversidad y respetuosos con la diferencia.

“…la pregunta “¿Qué música enseñar, hacer escuchar, hacer sonar?” no tiene única respuesta, pero ciertamente no se puede basar en una práctica superficial del multiculturalismo. El gran peligro estriba en dejar a los niños en una libertad total, sin una guía una llave de apropiación que les permita…” o se resignifica bajo otra modalidad.

 El educador musical debe, por tanto, conocer el valor que la música adquiere en el contexto social en el que se desenvuelve su labor, contexto en el que han desarrollado formas particulares de expresión musical que están íntimamente relacionadas con un sistema de jerarquía social (el que ejecuta un instrumento o canta, se recorta del resto).

Por eso apuesto a una educación artística que rescate cuanto de artista  tengan  nuestros niños. Poniendo a los alumnos como ejes y protagonistas del proceso educativo. Ya que la educación formal, en la mayoría de los casos, no fomenta la capacidad de crear en los alumnos y enfatiza la adquisición de informaciones más que el desafío de la búsqueda de respuestas originales (O. Blinder). Todos somos potencialmente musicales, como todos somos potencialmente seres capaces de adquirir el lenguaje: pero eso no significa que el desarrollo musical pueda darse sin estimulación y sin nutrición, al igual que ocurre con la adquisición del lenguaje (K. Swanwick).

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